sábado, 16 de noviembre de 2024

viernes, 15 de noviembre de 2024

Servicio Sustancial

 



La Escritura y el Deseo en Tiempos de Ilusión y Abandono de la Libertad


Fundación TRUEKLAND & Agencia EXPLORA


En un mundo donde la libertad parece desdibujarse entre ilusiones y excesos, Fundación TRUEKLAND y Agencia EXPLORA traen una propuesta para el pensamiento crítico y la exploración reflexiva: La escritura y el deseo en tiempos de ilusión y abandono de la libertad, un recuento que combina profundidad filosófica, agudeza social y un toque de provocación intelectual.


Partiendo de la célebre afirmación de Freud de que "la escritura es una satisfacción alucinatoria de deseos", este ensayo desafía al lector a replantearse el papel de la palabra escrita en una época de estratificación de ánimos y excesos de confianza. Más que un simple texto teórico, este trabajo es un mapa reflexivo que atraviesa las complejidades del deseo humano, sus manifestaciones en la escritura y su interacción con las tensiones políticas, sociales y culturales de la contemporaneidad.


Puntos fuertes del ensayo


1. La escritura como motor de deseo y resistencia:

El texto se sumerge en la escritura como un acto profundamente humano, capaz de revelar deseos ocultos y resistir las imposiciones externas. Al analizar cómo las palabras se convierten en vehículo de libertad, incluso en contextos de restricción, se invita al lector a reconectar con la potencia transformadora de la narrativa personal y colectiva.



2. Entre confianza y crítica:

En un apartado fascinante, el ensayo explora cómo el exceso de confianza —ya sea en sistemas, ideales o narrativas preestablecidas— puede convertirse en un arma de doble filo. Esta perspectiva, tan vigente en nuestros días, se plantea como una llamada a la reflexión: ¿cuándo la estabilidad deviene estancamiento? ¿Es posible avanzar sin abandonar las bases que sustentan nuestra realidad?



3. Un enfoque interdisciplinario:

A través de una narrativa fluida, el texto conecta filosofía, sociología y literatura, demostrando que la escritura es más que un ejercicio estético; es un espacio de diálogo y confrontación con el mundo. La frase “las cosas vivas consumen vida, las cosas muertas también” encapsula esta idea de movimiento constante, donde la creación escrita consume, transforma y, al mismo tiempo, alimenta la estructura de la existencia.




Relevancia institucional y aplicabilidad


Desde el blog oficial de la Fundación TRUEKLAND, esta publicación se convierte en un recurso valioso para la discusión académica y el diálogo abierto. Su contenido no solo enriquece a quienes buscan análisis profundos, sino que también inspira a líderes de pensamiento, educadores y creadores a mirar más allá de los límites tradicionales.


El ensayo aporta herramientas conceptuales para:


Educadores: Despertar en sus estudiantes una relación más activa y crítica con la escritura como acto creativo y político.


Creadores y artistas: Reflexionar sobre la conexión entre sus deseos y las narrativas que plasman.


Instituciones culturales: Profundizar en las tensiones contemporáneas entre libertad y conformismo, facilitando nuevas líneas de investigación.



Un cierre esperanzador


Aunque su estrategia dialéctica nos advierte sobre las múltiples formas de hacer las cosas mal, el ensayo subraya que siempre existe “una mejor manera” de proceder, especialmente si se aborda desde la creatividad y la autocrítica. Este enfoque constructivo es un recordatorio de que incluso en tiempos de abandono aparente, la escritura sigue siendo un tecnología de vital importancia para aquellos que buscan entender y transformar su percepción de "las sutilezas de la realidad".


Este no es solo un ensayo de referencia sino también una síntesis práctica, decantada y organizada de un abundante aunque desorganizado material de estudio, disperso ppr la web, incluso laberíntico en las mismas fuentes, así mismo es una invitación a pensar, a escribir y, sobre todo, a actuar. 


  Desde Fundación TRUEKLAND y Agencia EXPLORA, nos complace presentar esta sencilla obra de cierto rigor académico como un escenario de ideas y propuestas para que las palabras, los deseos y las ocurrencias geniales sigan latiendo en un mundo que, aunque convulso y a punto del colapso desde antes de la revolución industrial, todavía está lleno de enormes posibilidades de cambio para mejorar los estados y los estándares de bienestar.


Título de la publicación 

Una crítica consustancial 


https://substantialservices.blogspot.com/2024/11/una-critica-consustancial.html



Nota:

Se presenta de este modo para facilitar su publicación porque Facebook ha bloqueado las entradas del blog de Servicios Sustanciales Hispanoamérica, según afirman los algoritmos por la denuncia anónima de un usuario, lamentamos las posibles molestias que ello represente o haya causado.



Aquí un link con la publicación organizada en formato PDF 


https://acrobat.adobe.com/id/urn:aaid:sc:VA6C2:b364a64e-685c-4a14-abf1-4a16ec72e9e4


Muchas gracias por su valiosa atención.



lunes, 11 de noviembre de 2024

Una presentación

 


Las cosas vivas consumen vida, las cosas muertas     también.



Publicación aludida:


https://substantialservices.blogspot.com/2024/11/una-carta.html



Acerca de esta colaboradora.

 Tras el origen de sus reportajes especiales.



Cora Alcázar Salazar: Exploradora Intelectual y Guardiana del Cosmos


Nacida en las laderas místicas de Centroamérica, Cora Alcázar Salazar es, sin duda, una de esas figuras que parecen surgir como metáforas encarnadas de la naturaleza y el conocimiento. Con una infancia marcada por el amor a la naturaleza y la curiosidad infinita, vivió sus primeros años rodeada de una comunidad sencilla pero profundamente conectada con la tierra. Su niñez en un ambiente rural, alimentada por los diálogos interminables con sus padres Isabel y Santiago, ambos educadores y ávidos lectores, sentó las bases de una mente inquisitiva e inquieta.


A pesar de su temprana partida hacia el exterior en busca de estudios académicos, Cora jamás perdió la conexión con su familia y sus raíces. En cada regreso a su tierra natal, se reencontraba con la simpleza y la complejidad de su entorno y compartía con sus amistades de infancia. Entre ellos, destacaban amigos entrañables como Mateo, un poeta local, y Emilia, una curandera que le enseñó a ver la salud como un equilibrio de cuerpo, mente y espíritu. Estos encuentros nutrían su vida con enseñanzas que sus años en las mejores universidades no podían ofrecerle, manteniendo un lazo profundo entre sus raíces y su crecimiento intelectual.


Con el tiempo, el destino la llevaría a Harvard, donde su pasión por la filosofía de la mente y su habilidad para conectar conceptos abstractos con realidades tangibles hicieron que su nombre resonara en círculos académicos de élite. Pero lejos de ser solo una académica de renombre, Cora se vio envuelta en experiencias que le dieron una dimensión mucho más humana y accesible a su trabajo. Las noches compartidas con colegas en cafés, charlando sobre teorías de percepción mientras observaban la vida cotidiana a su alrededor, o sus visitas frecuentes a reservas naturales, alimentaban una intuición profunda sobre la realidad que parecía no poder expresarse completamente en sus publicaciones.


Aventuras y Amores en la Búsqueda de Sentido


En sus viajes, Cora conoció a almas afines que la impulsaron hacia nuevas dimensiones del saber y el sentir. Uno de sus amores más significativos fue Akio, un astrónomo japonés con quien compartía largas noches observando el firmamento. La relación, aunque breve, tuvo un impacto profundo en Cora; su amor por el universo creció en intensidad, llevando su interés por la astronomía a un nivel casi devocional. Cada viaje juntos fue una aventura cósmica e introspectiva, que la invitaba a cuestionar la percepción del tiempo y el espacio, integrando en sus estudios una mirada espiritual que complementaba su rigor científico.


Tras esta relación, Cora se embarcó en una serie de viajes por el mundo, no solo en busca de conocimientos, sino también en busca de comunidades y modos de vida que pudieran enseñarle sobre la resiliencia humana. Visitó el Himalaya, convivió con comunidades indígenas de la Amazonía, y pasó largas temporadas en el Ártico, donde trabajó con grupos de conservacionistas y científicos climáticos. Estos viajes no solo nutrieron su bagaje de conocimientos, sino que también le permitieron ver de primera mano el impacto humano en el planeta, despertando en ella un compromiso inquebrantable hacia la preservación de la naturaleza.




domingo, 10 de noviembre de 2024

"Atrévete a pesar de tu miedo y te sentirás valiente"

 


estilo y personalidad

 Knowledge yourself brother 


"el estilo no es una banalidad sino la forma en que se expresan los lenguajes que aprendemos, las artes que dominamos, las licencias que nos provocamos, los gustos que nos sabemos dar"

https://substantialservices.blogspot.com/2024/11/estilo-y-personalidad.html




jueves, 17 de marzo de 2016

Seleccionar correctamente para reciclar eficientemente, guía práctica - Reduce, Reusa, Recicla





Para las personas interesadas en ahondar sobre el tema del reciclaje, bien valdría la pena visitarse la página¬ Guía Práctica para cumplir con el Principio de las 3Rs - Por Lic. Mirna Patricia Guajardo Alatorre del ecoportal.net del 2004, en la cual se brinda una detallada y bien organizada nómina de reseñas y surtidas testamentarias, sobre la travesía humana por el mundo y el legado de complejidad que apenas empezamos a vincular en la cotidianidad de las desbarajustadas colectividades, como una forma de colonización más responsable o menos imprudente, la cual se lee sin mucho esmero cumpliendo bastante bien para ser justos.


martes, 14 de abril de 2015

Vive la revolución


El señalamiento, modvs contemporanivs de sujeción manipulativa.














Algunas personas, un número robusto quizá, abrumadas con el pueril influjo de los devaneos incesantes, verían con "buenos ojos" que el mundo se simplificara un poco. Demasiados lenguajes parecen estar aglutinados en un diálogo de sordos, una orgía de voces y voluntades cautivas en una inmediatez atemporal. A veces se nos olvida que la premisa de ir más lejos de lo que nunca un ser humano ha ido implica el reconocimiento de lo desconocido a través de mecanismos susceptibles de encontrarse por fuera del estado del arte. Sin embargo hay que aceptar que se trata de un fenómeno intimidante para cualquier orgulloso representante del status quo, asimilar un montón de información que, a lo mejor [lo más seguro], desmiente o desvirtúa lo que alguien en esa posición, tal vez, se encuentra dispuesto a creer que conoce.

El conocimiento siempre ha sido nuestro talón de Aquiles, pues somos poseedores, como especie, o eso nos han dicho, de una curiosidad o de un aliento de curiosidad que persuade con su desvergonzada autopromoción, como si se tratara de una cualidad infinita que nos enlaza y nos desmigaja en los perennes acantilados de una soledad cósmica, cada vez más grande, ante la fosforescencia de los descubrimientos. Insospechadamente ignoramos que somos lo que desconocemos y no al contrario; nuestra identidad de exploradores ha quedado cautiva por las herramientas empleadas para satisfacerla. Ese auto-estímulo lo adoptamos quizá por el abuso indiscriminado al que nos acostumbramos someter a “nuestro mundo”, cautivo de nuestra presencia, por el momento, ya que al parecer hay buenas razones para inferir que el idilio no durará mucho, a lo sumo unas cuantas generaciones, antes de entender que la cosa funciona más bien al contrario, y todavía un poco más, sin que nuestras ideas sobre lo que es el mundo parezcan tener suficiente relevancia como para resistir el repliegue de una simplificación al estilo, digamos, de las matemáticas.

El conocimiento nos ha conducido a la interpretación de lo abstracto, inmensual empeño del inconsciente, el culto al conocimiento nos ha conducido a la magnificencia de lo abstracto, pero es la apariencia del conocimiento lo que desdibuja la configuración del pensamiento abstracto, lo que permite apreciar aquello que podría llamarse: El empoderamiento de la banalidad, es decir, de una minuciosa insignificancia. No quiero exponer que debamos apelar a los linderos de la trascendentalidad, puesto que actualmente ello se interpreta como una deformación del intelecto, como una indelicadeza propia de las rutinas de la ignorancia, como una inflación arrolladora de conceptos amañados y nociones autocomplacientes.

Pero sí podemos apelar a otros linderos, digamos linderos de sangre, y no me refiero a la masacre de décadas que tiñe el accionar de nuestras voluntades, sino al inescrupuloso continente interno de significado y lenguaje que nos define y determina, que marca nuestros rumbos la mayoría de las veces, que dicta las iniciativas más impredecibles, y es allí, en esos tópicos tan espinudos donde quiero internarme con el propósito de especular una impronta de opinión, un germen de ideas universales, que mi buen amigo Efraín Ávila Díaz me confió hace unas lunas y en cuyo acopio imagino que habrá invertido al menos un par de décadas, como casi todo lo que llevamos a la dimensión de la palabra, digamos en después de haber atravesado las interminables selvas contemporáneas de información, sin otro equipo de supervivencia que una filosa autodidactia, y que quizá se ponga un poco azul en presencia de los impositores de razonamientos aficionados y los especuladores de la escueta mediocridad. Empecemos pues.

sábado, 6 de julio de 2013

Somos también lo que desconocemos

Por Alberto Castellanos


AL MARGEN DE CUALQUIER DEFINICIÓN







 
En la tecnologizada actualidad en que nos encontramos y en la aún rozagante aurora del mismísimo siglo veintiuno, el cual fuera fantásticamente idealizado entre perspectivas sagradas y profanas, tal como solía expresarse por algunos lares que hasta hace poco existieron, se estima que más de novecientas cincuenta mil especies marinas aún no han sido descubiertas. Esta afirmación quizá expresada de manera excesivamente coloquial y desde una ética mas bien un tanto distraída, desde luego pretende ir más allá de la consabida sentencia de que se ha explorado más la superficie de la Luna, y por ahí derecho que posiblemente sabemos más del orbe de Marte, porque el “Wall-E” ese que enviaron para efectuar la tarea suicida de una primera exploración a la distancia, pues como que ya desde hace rato que viene estableciendo intensa comunicación y transmitiendo las inaugurales postales de ese distrito extraterrestre para el que ya nos preparamos. Difícil imaginar los informes de un robot solitario sobre sus larguísimas y agenciadas ociosidades, en este caso en el planeta hermano.